La serie Isabel y la utilización de los símbolos del poder real (I)

Soy seguidora de la serie @isabel_tve, el lunes pasado mientras veía #isabel14,  pude observar el acierto con el que incluyen en la serie las distintas insignias de la realeza. Por mencionar solo tres de ellas:
El trono o silla regia, símbolo usado principalmente en actos ceremoniales que se desarrollan en el interior y están marcados por un importante tinte institucional, tales como juramentos, reuniones de Cortes, recepciones o audiencias reales. Solía colocarse en un lugar destacado, que asegurase una posición preeminente del monarca respecto al resto de asistentes, y se elevaba por encima del nivel del suelo  gracias a un estrado, que se acondicionaba con almohadas o cojines y se cubría con alfombras. Asimismo se cubría el respaldo y el dosel, quedando perfectamente delimitado el espacio del monarca, a ambos lados, y por estricto orden de precedencias, se situaban los distintos personajes de la corte.
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Una muestra de esa posición preeminente, en un nivel superior a la del resto de los súbditos, en la que se hallaba situado el trono, la tenemos en  el Fuero Real cuando se refiere a la forma en que debe ser honrado el rey,  señala que si el rey está sentado en el trono nadie puede sentarse ni a su lado, ni en su lugar, ni “quanto mas asentarse mas alto quel”

Ya fuese un trono-banco, un banco con brazos, una  cathedra episcopal o incluso una siella real, el trono era considerado símbolo de soberanía, y la posesión del trono heredado justificaba la legitimidad de quien la ejercía esta soberanía. Vemos que en la serie la reina lo utiliza frecuentemente, para recalcar este aspecto.

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El pendón real (como el que vemos alzarse en la torre tras la firma de la concordia de Segovia, o los que se alzan en distintas torres cuando la reina dice "alzad pendones por mí") es el símbolo institucional del poder real y de la institución monárquica, expresa el contenido permanente de la realeza y del reino, a la vez que medio simbólico que plasma un concepto de comunidad política por encima de la individualidad del monarca. En palabras de Nieto Soria (1993) simboliza “la continuidad dinástica y la falta de eficacia rupturista de la muerte regia con respecto a la supervivencia del reino […] referente hacia el que se expresa lealtad a la dinastía reinante”.


En las ceremonias en las que el rey no está presente, este objeto se convierte en el símbolo más tangible del poder regio, admitiéndose reverencias ante él, lo que le concede un importante relieve político. En este sentido señala Schramm (1960), refiriéndose a los sucesores de Alfonso VII,  “para que el sucesor  tomase legítima posesión del reino, bastó en adelante, como gesto simbólico estatal, que se plantase el pendón real y que se hiciese la llamada real con el nuevo nombre”.

Un objeto que hasta finales del siglo XIV se utilizó como exclusivamente religioso fue el palio (lo vemos en la entrada de Fernando el Católico en Segovia), cuya finalidad era la de acoger el Santo Sacramento en las procesiones solemnes. Sin embargo, y a partir del siglo XV, pasó a convertirse en un símbolo político en todos los reinos de Occidente, desarrollando un papel muy importante en las entradas reales.  De uso exclusivo del monarca, le era proporcionado por las autoridades urbanas. El armazón era sostenido por una serie de barras que llevaban los regidores de la ciudad, y estaba cubierto de ricos paños en los que se bordaban las armas reales.
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Un ejemplo de su uso lo encontramos en  La Crónica de Enrique IV, refiriéndose a la reina Isabel: “… la reina a quien los Grandes rodeaban a pie llevando el palio y la cola del vestido”.

Estos objetos, como otros muchos que irán apareciendo a lo largo de la serie, forman las insignias de la realeza, son objetos ligados al monarca que hacen perceptible su condición y son utilizados en la distintas ceremonias como marcas de identidad y de poder. 
Os invito a ir descubriéndolos a lo largo de los capítulos.

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